Cuando a principios del siglo XX la Fundación Hispanic Society de Nueva York le encargó a Sorolla los 14 lienzos de Visiones de España, el reconocido pintor valenciano supo encontrar la singularidad de cada sitio en su gente, sus trajes, paisajes o tradiciones. Así lo plasmó, por ejemplo, en el cuadro El Mercado que pintó en Plasencia, donde reflejó la monumentalidad de la ciudad del Jerte con su Catedral y el casco histórico de fondo.
Algo similar a la diversidad que reflejó Sorolla en aquellos lienzos existe en las 24 comarcas extremeñas. Cada una destaca con identidad propia dentro de un mismo territorio, y eso convierte la región en un destino excepcional, con una riqueza paisajística, patrimonial y cultural innegables.
No podía ser de otra manera en una Extremadura que tiene las dos provincias más grandes de España, con los 21.766 kilómetros cuadrados de Badajoz y 19.868 de Cáceres.
Si comenzamos el viaje en el norte de Extremadura, provincia de Cáceres, estaremos en el Valle del Ambroz donde descubriremos la belleza de sus otoños mágicos; la calzada romana Vía de la Plata que cruza localidades como Baños de Montemayor, distinguida como primera villa termal de la comunidad autónoma o la judería de Hervás, reconocida a nivel internacional por su buen estado de conservación.
El Valle del Jerte, el del millón de cerezos en flor que dibujan cada primavera un paisaje sublime capaz de atraer a viajeros de todo el mundo, es pura vida con sus saltos de agua y zonas naturales de baño. En esta comarca se encuentra Piornal, el pueblo más alto de Extremadura.
Las Hurdes, tierra de leyendas mágicas y paisajes como el meandro Melero que forma el río Malvellido que fascinan al visitante por su espectacularidad, y atrae a viajeros de todas las partes del mundo.
Las Tierras de Granadilla nos ofrece el pueblo museo de Granadilla al pie del embalse de Gabriel y Galán o el yacimiento romano de Cáparra, donde se alza con orgullo el soberbio y único arco cuadriforme que existe en la Península Ibérica.
La Vera, elegida por el emperador Carlos V para su retirada es señorial y cinco de sus municipios están declarados Conjunto Histórico Artístico. Se trata de Cuacos de Yuste, Garganta la Olla, Pasarón de La Vera, Valverde de La Vera y Villanueva de La Vera. Sigue siendo el lugar elegido por personas que buscan la tranquilidad y el descanso que les proporciona el anonimato en un enclave privilegiado.
Cinco conjuntos Histórico Artístico hay también en la encantadora Sierra de Gata: San Martín de Trevejo, Trevejo, Hoyos, Gata y Robledillo de Gata. Una singularidad de esta comarca es “A Fala”, lengua romance del galaico portugués reconocida como Bien de Interés Cultural que se sigue hablando en San Martín, Eljas y Valverde del Fresno.
Monfragüe y su entorno combinan la riqueza medioambiental del Parque Nacional de Monfragüe y sus municipios, zona declarada Reserva de la Biosfera, con la monumentalidad de Plasencia y su icónica Catedral, el monumento religioso más importante de Extremadura. En Serradilla, el Cristo de la Victoria atrae cada año a peregrinos de todo el mundo. La ciudad del Jerte, como se conoce a Plasencia, es una de las puertas de entrada a Monfragüe.
La monumental Trujillo, cuna del descubridor Francisco Pizarro e imponente capital de la comarca de Miajadas-Trujillo, con sus palacetes y casas nobles, también sirve de entrada a Monfragüe.
Coria señorial, tierra de toros, cuya tradición data del siglo XII. Destaca su catedral, un magnífico templo que entronca el gótico final y el renacimiento. En la comarca del Valle del Alagón, donde sorprenden paisajes como los Canchos de Ramiro, para muchos un Monfragüe menor. El embalse de Borbollón, donde contemplar la llegada de las grullas en otoño es un espectáculo majestuoso.
Ocurre los mismo en el embalse de Valdecañas, en Campo Arañuelo, una comarca con dos campos de golf, en la Isla de Valdecañas y Talayuela.
En Villuercas-Ibores-Jara hay dos lugares emblemáticos. Uno, el Geoparque Mundial Unesco con una riqueza geológica excepcional es parte del relieve de los Apalaches. Otro, la Puebla de Guadalupe con su monasterio de la Virgen de Guadalupe, la Patrona de La Hispanidad, una construcción histórica que es una auténtica joya patrimonial representación de los estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico.
De Tajo Salor Almonte forma parte la Reserva de la Biosfera del Parque Natural Tajo-Tejo Internacional que comparten Extremadura y Portugal. Aquí las dehesas son de una belleza espectacular. La Sierra de San Pedro es parte de esta zona con una gran relación de fincas para la práctica de la caza. De la comarca, un olor, el de la Torta del Casar de Cáceres, y una foto fija, la del imponente puente de Alcántara, uno de los más importantes del mundo.
Cáceres y su incomparable y admirada Ciudad Monumental Patrimonio de la Humanidad es la cabeza de los Llanos de Cáceres. Pasear por su parte antigua es respirar historia en un espectacular centro histórico.
En Montánchez-Tamuja hay que saborear el jamón de Montánchez, localidad coronada por su castillo, cuyo origen se remonta a la época romana. No podemos dejar de mencionar la necrópolis que se construye escarbando y moldeando el granito que conforma la montaña; que está considerado como uno de los más bonitos de España.
A las 13 comarcas de la provincia de Cáceres hay que sumarle las 11 de Badajoz. La Sierra Suroeste es un territorio en los que seguir la huella de los Templarios en destinos como Jerez de los Caballeros con su Torre Sangrienta.
En los Llanos de Olivenza, la influencia de Portugal la encontramos en Olivenza, con su decoración de azulejos en calles y fachadas y el estilo manuelino en monumentos como la iglesia de la Magdalena. También en la gastronomía, que en esta localidad tiene un dulce exclusivo, la Técula Mécula.
La comarca de Lácara ofrece el contraste de la dehesa y el regadío, de los llanos y las sierras.
A las fértiles Vegas Altas del Guadiana, pertenecen municipios de corte tan distinto como las empresariales Don Benito y Villanueva de la Serena, y la Medellín de Hernán Cortés, con sus casas solariegas y templos góticos, presidida también por un icónico castillo.
En la Campiña Sur, destinos tan monumentales como Llerena, que llegó a ser conocida como la pequeña Atenas, y joyas como la mina La Jayona que es Monumento Natural.
La Serena es la Extremadura de los grandes embalses, los de La Serena, Orellana y el Zújar. Comparte los dos primeros con La Siberia, otra de las Reservas de la Biosfera de la región, donde su paisaje presenta singularidades como el impresionante Cerro Masatrigo de 176 metros de altura, rodeado por una carretera.
La comarca de Tentudía ofrece pueblos cargados de historia como Fuente de Cantos, donde nació el pintor Zurbarán o Monesterio, otra de las cunas del jamón de Extremadura. El macizo de Tentudía es el de máxima altura de la provincia pacense y un excepcional mirador desde el que apreciar la belleza de esta zona.
Decir Tierra de Barros es decir vino y fijar la vista en un paisaje totalmente exclusivo. Un panorama espectacular de viñedos observables desde la propia carretera cuando se viaja por esta comarca que tiene su capital en Almendralejo. Los viñedos que dan origen a los afamados Vinos D.O.Ribera del Guadiana y el reconocido cava extremeño conviven aquí junto a los olivares.
Zafra-Río Bodión está entre Tierra de Barros y Sierra Morena, próxima a Andalucía. Nada extraño que, a Zafra, Conjunto Artístico de Interés Cultural, se la conozca como “Sevilla La Chica”, con sus bonitas plazas Grande y Chica y el Palacio de los Duques de Feria que es Parador de Turismo.
En la comarca de Los Baldíos está la capital extremeña del corcho, San Vicente de Alcántara. En Extremadura, se fabrican y comercializan productos derivados del corcho para los sectores de la construcción, la industria y se distribuyen, a nivel nacional e internacional.
Una única Extremadura con una diversidad que la enriquece y la convierte en un destino extraordinario, deseable y recomendable.