El calendario extremeño tiene más de 80 Fiestas de Interés Turístico (Internacional, Nacional y Regional) que reflejan la riqueza cultural de una región que cuida sus raíces y las muestra con orgullo. El casco monumental de pueblos, ciudades y paisajes como el bosque y la dehesa, son el marco de estas celebraciones que cada año atraen a viajeros con ganas de vivirlas desde dentro.
A la cabeza están las Fiestas de Interés Turístico Internacional de Extremadura, con la Semana Santa de Cáceres, que deja imágenes impactantes al paso de las procesiones por la Ciudad Monumental Patrimonio de la Humanidad, y la Semana Santa de Mérida, de la que resaltamos el viacrucis por el impresionante Teatro Romano. Como la fiesta popular más representativa, el Carnaval de Badajoz, joya de la corona de los carnavales extremeños.
Las Fiestas de Interés Turístico Nacional son Jarramplas en Piornal, el pueblo más alto de Extremadura; las Carantoñas de Acehúche, uno de los paraísos para amantes del queso en la provincia de Cáceres; el Cerezo en Flor del Valle del Jerte, que pinta un espectáculo único y efímero con más de un millón de cerezos florecidos en Barrado, Cabezuela del Valle, Cabrero, Casas del Castañar, Jerte, Navaconcejo, Piornal, Rebollar, Tornavacas, El Torno y Valdastillas; el Otoño Mágico del Valle del Ambroz, uno de los paisajes más bellos de España en esta estación, que se puede contemplar en Abadía, Aldeanueva del Camino, Baños de Montemayor, Casas del Monte, Gargantilla, La Garganta, Hervás y Segura de Toro; la Semana Santa de Jerez de los Caballeros, localidad de pasado templario; Pasión Viviente de Oliva de la Frontera, pueblo de La Raya con Portugal; El Alcalde de Zalamea, que recrea la obra de Calderón de la Barca en Zalamea de la Serena y el Festival Internacional de la Sierra de Fregenal de la Sierra, que llena de folclore del mundo esta localidad de la provincia de Badajoz.
El calendario lo cierran las Fiestas de Interés Turístico Regional, que suman más de 60 y crecen cada año.
Vivir las Fiestas de Interés Turístico es una buena manera de acercarse al patrimonio y la historia de Extremadura.
Las de recreación histórica nos acercan a escenarios tan exclusivos como el conjunto monumental arqueológico de Mérida Patrimonio de la Humanidad, durante la celebración de Emérita Lúdica, que devuelve a la capital de Extremadura a su pasado romano. O en Badajoz, la Alcazaba más larga de España, con la fiesta Almossassa que conmemora la fundación de la ciudad.
También nos transportan y hacen posible que nos sintamos personajes de la Edad Media en destinos como Jerez de los Caballeros, uno de los pueblos barrocos de Extremadura, durante el Festival Templario. O en la villa medieval de Alburquerque con el Festival Medieval al pie de su imponente castillo de Luna.
De la riqueza de Extremadura como destino excepcional da buena cuenta la comarca de La Vera, puerta de entrada a la provincia de Cáceres desde las comunidades de Madrid y Castilla la Mancha. Esa cercanía y sus valores paisajísticos la ha convertido en la comarca preferida por profesionales y ejecutivos para disponer de su segunda residencia, que buscan anonimato y relax. Mucho antes ya lo hizo el rey Carlos V, en 1557, cuando pudiendo elegir entre tantos lugares de su dominio en la vieja Europa para pasar sus últimos días, eligió el Monasterio de Yuste, en la localidad de Cuacos de Yuste. Precisamente ahí acaba la Ruta del Emperador, Fiesta de Interés Turístico de Extremadura, que recrea los últimos pasos del monarca hacia su retiro; la salida se hace desde el palacio de los Condes de Oropesa, que hoy es el Parador Nacional de Turismo de Jarandilla de La Vera.
Otros monarcas también escogieron Extremadura para momentos claves de su vida como recuerda La Boda Regia de Valencia de Alcántara que conmemora la boda de la infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos, con Manuel I de Portugal.
Siguiendo este paseo por la historia que suponen las Fiestas de Interés Turístico de Extremadura, es posible volver al Siglo de Oro con la recreación de la fiesta De la Luna al Fuego en la señorial Zafra.
Existe igualmente la posibilidad de sumergirse en el siglo XIX con la Ruta del Romanticismo de Almendralejo, pura fantasía en la capital del vino y el cava de Extremadura y, también, con la Batalla de La Albuera en la localidad pacense de La Albuera, que reproduce el ambiente de la Guerra de la Independencia.
Entre las Fiestas de Interés Turístico de Extremadura, las religiosas ocupan un lugar destacado. Muestra de ello es La Hispanidad que atrae peregrinos de toda España y América Latina cada 12 de octubre hasta el Monasterio Patrimonio de la Humanidad de Guadalupe, considerado uno de los más imponentes de España. Es, además, el segundo en número de peregrinos a nivel nacional tras el de Santiago de Compostela, y lo encontramos en pleno Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, Patrimonio UNESCO y reducto de los Apalaches en Extremadura.
Otra manifestación única, en la provincia de Badajoz, son las Cruces de Mayo de la localidad de Feria, con las que se adorna cada primavera este Conjunto Histórico Artístico.
De la gastronomía extremeña también da buena cuenta el calendario de Fiestas de Interés Turístico, con citas gourmet como el Día del Jamón de Monesterio, o la Vendimia de Villafranca de los Barros.
Sin ser una cita gastronómica, y cumpliendo con la tradición medieval de esta fiesta, el Martes Mayor de Plasencia sí es todo un homenaje a los productos de la huerta del norte de Extremadura y también a la artesanía de la región. Los puestos de productores y artesanos se distribuyen por el magnífico casco histórico de la ciudad del Jerte, al pie de sus principales monumentos como son la Catedral, el Palacio del Marqués de Mirabel o la iglesia de San Nicolás.
Tan variado es el calendario festivo de Extremadura que incluye la apertura de la temporada taurina nacional con la Feria del Toro de Olivenza, a la que asiste un público muy selecto de distintos países de Europa para ver a toreros de prestigio.