Extremadura, una de las mejores galerías de arte urbano del mundo

El arte urbano en Extremadura es de alta calidad. Una buena prueba de ello es que entre 2022 y 2023 cinco murales de artistas urbanos extremeños han estado entre los cien mejores del mundo, según la selección popular hecha por los seguidores de Street Art Cities, la principal plataforma online para autores y amantes de esta manifestación artística.

Tres de ellos son obra del placentino Jesús Mateos Brea, el titulado Odisea 2022, reconocido por la mencionada plataforma Street Art Citiesm como el mejor mural del mundo (mayo 2022), ubicado  en Villar del Pedroso; el denominado  Imperial, en Carbajo, todo un homenaje a Féix Rodríguez de la Fuente, plasmado de una forma exquisita, como si fuera una fotografía, y el llamado Orgullo  conocido como Gallo Azul , un mural donde un orgulloso gallo azul extremeño es testigo del comienzo de una vieja historia entre gallinas y zorros, se puede contemplar en Salorino.

El mural, llamado Ahorra Energía también de J.M.Brea, que fue elegido como uno de los cien mejores del mundo, representa una ardilla gigante que se alimenta de bombillas; una metáfora sobre el cambio climático, luce en un bloque de viviendas de la localidad madrileña de Fuenlabrada formando parte del Museo de Arte Urbano (MAUF).

En todos ellos los protagonistas son animales, y es que J.M.Brea es grabador, muralista y diseñador gráfico; pretende que “el simbolismo, la crítica y su pasión por la naturaleza se reflejen claramente en sus murales. El placentino es uno de los artistas urbanos más conocidos fuera de Extremadura, junto al internacional Mister Piro, también de la ciudad del Jerte, que es reclamado para pintar en todo el mundo, siendo seleccionado por la lista Forbes como uno de los jóvenes españoles más influyentes.

Los otros murales extremeños seleccionados entre los cien mejores del mundo en tan solo dos años son Bronce y Sueño, de Jonatan Carranza Sojo, en la localidad pacense de Don Benito y el recuerdo a las víctimas de la riada de Cerro de Reyes en Badajoz, realizado por ChinoGraff, que está lleno de simbolismo.

El arte urbano en Extremadura se cuida y se apoya con proyectos como el Festival Street Art Urban organizado por Mister Piro y el Ayuntamiento de Plasencia, que cada año reúne en la ciudad del Jerte a los mejores artistas urbanos del panorama nacional e internacional. O el proyecto Muro Crítico de la Diputación de Cáceres, que hace lo propio con las firmas extremeñas para embellecer pueblos de la provincia de Cáceres.

El proyecto Pinta y Rehabilita, centrado en el casco antiguo de Badajoz, es un concurso que ha hecho posible una ruta de murales por el casco histórico, mientras que en Mérida el Museo de Muralismo Contemporáneo ha empezado por rehabilitar el barrio de La Antigua en su lanzamiento.

Todo este movimiento da como resultado un derroche de creatividad y de convivencia armónica de la arquitectura tradicional con la vanguardia artística tanto en pueblos como en ciudades extremeñas. En definitiva, una de las mejores galerías de arte urbano del mundo.

Precisamente fue Piornal, el pueblo más alto de Extremadura, en el Valle del Jerte, pionero en 2012 en decorarse con arte urbano de alto nivel porque fueron profesores y alumnado de la facultad de Bellas Artes de Sevilla los encargados de adornar las uralitas con las que se protegen las fachadas del frío y la nieve. Una iniciativa que tiene continuidad desde entonces y no hay año en el que no se añada una nueva decoración.

Su estela la siguió en 2015 la comarca de Sierra de Gata, donde es posible seguir una ruta de arte urbano de pueblo en pueblo. Más tarde, el proyecto “Moraleja de puerta en puerta”, ha decorado esta localidad con distinta temática según la plaza o la calle en la que se ubiquen; entre otros motivos muestra rostros tan conocidos como los del ganadero Victorino Martín, que fue vecino ilustre de la comarca en la que su familia sigue criando su ganadería brava.

Los trampantojos de Romangordo, en la Reserva Unesco de la Biosfera de Monfragüe, han colocado a la localidad en la primera línea del interés turístico nacional. Al recorrer sus calles nos encontraremos con bellos murales e ilusiones ópticas al girar cada esquina. La localidad se ha convertido en un museo al aire libre que, con el objetivo de poner en valor la identidad del pueblo, varios artistas extremeños empezaron a cubrir las fachadas y puertas de la villa con preciosas obras de arte que muestran la cultura de los antiguos habitantes del lugar, las costumbres tradicionales que han pasado de generación en generación y oficios  como los carteros, profesores o telefonistas.

Embellecer entornos y recuperar espacios en desuso son resultados del arte urbano que convierte Extremadura en un gran museo a cielo abierto. Un valor añadido a la fisonomía urbana y rural, visitable a cualquier hora del día y de la noche para perderse y disfrutar con su contemplación.